26.7.12

Una leyenda sin pasión

Los tíos y las tías somos diferentes. Podría divagar sobre mil teorías que respaldaran esta afirmación, pero no lo haré porque los hechos hablan por si solos. Nosotras damos importancia a una serie de cosas que ellos simplemente ni contemplan y ellos, ellos es que a veces no dan importancia a nada. Está mal decirlo, pero puede ser que si hablemos desde el resentimiento. Ese resentimiento que te dejan las relaciones en las que tú has dado cada átomo de tu ser y ellos, por el motivo que fuere, no te han querido de la misma manera. Dicen que hay muchas maneras de querer. Yo creo que sólo hay dos maneras. O se quiere o no se quiere. Es simple y efectivo. Y deberías dejarnos de pamplinas y cambiar el chip de una vez. No creo que sea tan difícil saber si quieres a alguien o no. No lo creo. Aquí no hay grises ni claroscuros. Si me quieres querrás estar conmigo, si no me quieres no querrás estar conmigo. La ecuación es sencilla. Entonces ¿dónde fallamos?. ¿Que es lo que hace que nos enganchemos a relaciones con gente que sabemos que no nos quiere?, ¿porqué preferimos las migajas del sexo para seguir teniendo algo?, ¿nos enamoramos solas?
Nos enganchamos porque tenemos idealizada la relación en primer lugar y a él en segundo lugar. Preferimos el sexo porque es la única vía de comunicación que nos queda. Y no, no nos enamoramos solas. Lo que pasa es que incluso después de muchos años parece ser que tú has vivido un drama a lo leyendas de pasión y él una película de Jean Claude Van Damme.
¿Veis como somos diferentes?.  Yo creo que tenemos todo el derecho a hablar desde el resentimiento. 

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