26.10.11

Más allá de la bipolaridad.

Mi querida compañera de fatigas, Dolçe, quiere que nos disfracemos para Halloween. El requisito indispensable que pone es que tiene que ser un disfraz "de miedo", es decir, que de miedo. Lo que significa que podemos ir disfrazadas de sardina o de cepillo de dientes siempre que sea una sardina o un cepillo de dientes "de miedo".
Por este motivo ha elegido los siguientes disfraces... ella irá de Whatsapp y yo iré de "Hola"... porque a ella le da pavor el whatsapp y a mí un terror espantonso saludar.
Y venga miedo para arriba y miedo para abajo, y mientras leía el proceso emocional, he generado una teoría, la Teoría Emocional Dolçe-Pelot.
Dicha Teoría viene a explicar que tanto la bella Dolçe como la linda Pelot recorren todo el abanico de emociones a la hora de afrontar cada suceso relevante de su ajetreada existencia emocional. Sí, ajetreada.
Por lo tanto, sin ningún orden coherente, y en un periquete, pueden pasar por todo el repertorio emocional, desde el odio, a la alegría y de ahí al asco o la rabia, en un mismo día y todo generado por un mismo hecho.
Esto va más allá de la multifunción. Más allá de la bipolaridad.
Así que pase lo que pase, sea bueno o malo, conseguimos verlo desde todos los estados de ánimo, pudiendo dar una sensación ficticia de inestabilidad... ficcticia.
Dolçe quiere que nos disfracemos "de miedo" porque, yo creo, que quiere que, aunque sea sólo por un día en nuestra vida, nos mantengamos las 24 horas en una sóla emoción.
¡Ay Dolçe! ¡Pobre Dolçe! Eso nunca ocurrirá por mucho disfraz que nos queramos poner...

Todas las emociones tienen alguna función que les confiere utilidad y permite que el
sujeto ejecute con eficacia las reacciones conductuales apropiadas y ello con
independencia de la cualidad hedónica que generen. Incluso las emociones más
desagradables tienen funciones importantes en la adaptación social y el ajuste personal.
EL PROCESO EMOCIONAL
Mariano Chóliz Montañés

Medea·El desamor

El otro día visité la exposición de Delacroix en Caixa Forum. No es que Delacroix me pirre, ya en la carrera no es que me hiciera mucha gracia. Reconozco su valía pero poco más. Principalmente fui a ver los cuadros Medea.
Medea. Todos conocemos el mito de Medea, o deberíamos conocerlo. Medea era lo que hoy consideraríamos una bruja, pitonisa, chamán que perdió la cabeza por Jasón, con el cual se unió.  Pero Jasón planeó junto a Creonte abandonar a Medea para casarse con su hija, Glauca. Medea enloqueció y mató entre fuego a su rival y juró hacerle el mayor daño posible a Jasón, el artífice de su dolor. Para ello mató a sus propios hijos y fue desterrada para después convertirse en inmortal y morar en los Campos Elíseos. Esto me hace cuestionarme ¿somos las mujeres unas locas cuando nos duele el amor?, ¿es tan compleja el alma humana cuando se enamora?, ¿es la traición y el desprecio lo peor que nos puede pasar en el amor?. Medea es un caso extremo de actitud ante el desamor... aunque todo es tan complejo en las relaciones que no me extraña que Medea no supiera distinguir entre realidad y locura.