27.7.12

Café Bombón

Querida Dolçe...

Esto iba a ser un comentario a tu anterior entrada, pero se ha liado la cosa y he acabado aquí.

Quiero ser clara desde un principio, decirte que nosotras podemos hablar desde el resentimiento como ellos pueden hablar desde la soberbia y el rencor.
Ahora no nos vamos a poner extremistas, todos tenemos una maleta llena de historias, por lo tanto nuestra voz va cambiando según se añadan vivencias a esa maleta. Nadie permanece impasible a las relaciones y eso lo sabemos nosotras y lo saben ellos. Pero a muchos hombres les encanta achacar cualquier acto y palabra de la mujer a su innata neurosis latente. Nadie quiere admitir que ha podido tratar mal a otro, es mejor pensar que el problema está en la otra persona y aquí paz y después gloria. Recuerda cuantas mujeres han quedado de locas en una historia contada por hombres... (Nuestra preferida, o una de ellas, es Juana la loca... loca, pero de amor).

No tenemos que dejar que nos haga creer nadie, ya sea hombre o mujer, que somos unas amargadas o rencorosas… Puede que en momentos nos sintamos así, pero esto es como lo de tu prueba en la entrevista de trabajo, ¿quién tiene la culpa de que yo me sienta así…?
En cualquier caso, estando amargadas o no, somos capaces de amar una y otra vez, cosa que no todo el mundo puede hacer, a pesar de que sean estupendos/as y tengan la respuesta para todos los enigmas de la vida y el corazón.

Solo te digo que mi voz puede tener un regusto amargo, pero bajo ese poso, como ocurre en el café bombón, está lo dulce, porque nos queda mucho… y nuestras historias son tristes porque dimos infinito y apenas recibimos, pero aún tiene que llover mucho para que nos compremos una pizarra en la que apuntemos nuestras conquistas y su puntuación.
Este punto es el que hace sentirme muy tranquila con respecto a lo que puedan decir los demás.

Siempre con la cabeza alta, Dolçe, no hay nada de lo que avergonzarse.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que ahí reside el fundamento!. En ser capaces de asumir que hablamos desde el sentimiento y que no es otra cosa que hablar desde la experiencia y desde el bagaje que cargamos. No se trata de decir si ellos son más o menos, o si nosotras amamos mejor o peor, se trata de identificar que es lo que quiere cada uno e intentar ser felices por uno mismo. Todo ya es demasiado difícil como para envenenar las cosas con miserias. Todas las tenemos, está claro. Pero si quieres a alguien debes saber que todo lo que haces o lo que no haces puede llegar a afectarle. Los hombres no se dan cuenta, pero sus palabras tienen un terrible poso de rokoroko en la cabeza de las mujeres.
♥ Dolçe