Ese es el problema. Esperamos demasiado. Esperamos algo que sabemos de antemano que no va a suceder. Esperamos que las cosas cambien, porque si cambian será señal de que por fin hemos vencido y tendremos lo que queremos. Pero no nos damos cuenta que las cosas están ya tan sobadas y viciadas que esperar un cambio es como vivir una epifanía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario